Siempre me han costado las cosas en las mañanas. Levantarme temprano, es literalmente tortuoso para mí, mi cerebro no reacciona y mi humor no es el mejor. Mientras iba creciendo lo confundía con flojera, o "qué dormilona eres", pero va más allá. Incluso si pudiera ponerme en modo funcional (que a veces toca), no estoy en mi 100% o en mi mejor versión. 

Cuando trabajaba en oficina, me las arreglaba para llegar siempre puntual y arregladísima, pero no estaba enfocada del todo, y esa sensación de ir a medias por la vida durante unas horas no motiva, al contrario te hace cuestionar sobre tu propia esencia y naturaleza.

Con los años he aprendido a aceptarme, a conocerme y a entender que somos seres únicos, con facultades y formas distintas. Cada una especial. Sin embargo, es muy fácil caer en cuestionamientos nuevamente cuando de pronto surgen "reglas" que de un momento a otro todo Instagram o Tik Tok recomiendan seguir para ser personas completas y exitosas. En particular, se me viene a la mente la moda de tomar como "biblia" el libro "El Club de las 5 de la mañana"... De pronto corres a comprarlo, lo devoras en un día, haces un plan de vida en base a lo recomendado y fallas en unos días. Fallas. Esa es la palabra, esa es la sensación. Fallas porque la influencer mega exitosa (no por levantarse a las 5am precisamente si no por una lista incontable de privilegios que no se mencionan) dice que es el secreto de su vida perfecta en redes, dando el mensaje que si no lo logras es porque no tuviste la disciplina necesaria para hacer lo que ella o el libro dicen.

Lo mismo me pasa con las manifestaciones. Una vez más, personas privilegiadas hablándote sobre la ley de atracción mientras duermen sobre un cuarzo gigante y costoso (que por supuesto está a la venta) enseñándonos a pedirle al Universo. "Si no llega a tu vida es porque no lo estás pidiendo correctamente"... les suena familiar? Y, sentada viendo su Tik Tok te preguntas qué estás haciendo mal y por qué no consigues trabajo hace 2 años a pesar de que lo manifiestas todas las noches.

Estamos tan desenfocados y alejados de lo que somos realmente que buscamos respuestas y formas por todos lados menos dentro. Como si fuera más fácil ser cualquier cosa menos nosotros mismos. Y, a veces, sí.

Nos hemos llenado de reglas, de "lo que debería ser", de un orden para todo. De acostumbrarnos a trabajar de 9am a 6pm, a no cuestionar. A suponer que el éxito se ve de cierta manera. ¿Qué pasa si mi creatividad aflora a partir de las 7pm? ¿Qué pasa ni no me levanto a las 5am a meditar, hacer ejercicio y tomar un jugo verde?

¿Qué pasa si soy un animal nocturno? 

Pues, también, está bien. 

Tal vez, cuando lo aceptemos, abramos un mundo nuevo de posibilidades que encajen con nuestra naturaleza y realidad. 

M.