He estado un poco desaparecida en redes últimamente, al menos en redes de The Zen Box.

Cuando creé la marca, la tendencia era mucho el ser una girlboss, una imagen para tu marca, motivar, usar lo mejor, posar, mostrar. Básicamente, ser un personaje.

En el último año, he encontrado tendencias que se alinean mejor a mí. Que la marca hable por sí sola, que se venda por el valor que ustedes le ponen a nuestros productos y fórmulas, que recompren porque les funcionó nuestra rutina de skincare y no porque yo les caigo bien (eso es un añadido pero no nuestro core de negocio)

El mundo está cambiando, nuestras prioridades y formas de relacionarnos, y de llegar a ustedes también. En pandemia compartimos día a día desde recetas caseras hasta lives diarios, y amé el sentirme cerca a ustedes. Hoy, dejamos a nuestra marca hablar por sí sola, esté o no mi cara en tus historias diarias. Me estoy dedicando a cultivarme como persona para mí misma y no para los demás, a entender que cada cosa que me suceda no necesita un hashtag o ser publicado en redes. The Zen Box es una "persona" propia, experta y divertida, y si bien yo, Malena, no tengo alma de influencer, espero que mi marca sí influencie tu vida a diario cuando te paras frente al espejo y decides cuidar de ti, de tu piel y de tu mente unos cuantos minutos al día. Influenciar, pero de verdad. Sin ansiedad, sin dejarte la sensación de querer ser como alguien más o tener lo que ves en redes. Influenciar desde la mirada hacia dentro, desde el silencio y no desde el "show off". 

No tengo alma de influencerr, tengo alma, y estamos aquí para tentar un momento para que tú también encuentres la tuya. La de verdad.

M.