El sábado, fui al TEDxTukuy Women. Evento que se realiza todos los años y que toca temas de cómo lograr impacto y cambios en la sociedad para reducir la brecha y diferencias de género. Pero esta edición fue particular, porque fue más allá de cómo empoderar, tocó temas que han dejado temblando algunas fibras. Y, sobretodo, ha dejado preguntas en mi mente que despiertan la curiosidad y quiero compartir. Porque, si algo he aprendido en los últimos años es que las preguntas y dudas tienen un mundo mucho más grande que las respuestas y certezas.

La primera pregunta que me hice fue: ¿cuánta coherencia hay en mí y en mis amistades? Fui sola al evento, y pensé que seguramente existía la posibilidad de encontrarme a alguien que conociera, alguna amiga o compañera. Y no. No me crucé con nadie. En redes todas mis amigas quieren un cambio, quieren igualdad, quieren una sociedad mejor... pero pienso que eso no sucede de forma espontánea. Sucede cuando nos involucramos y tenemos el deseo de desarrollar formas, o apoyar causas. Me pregunto cuánto he cambiado con los años, cuánta coherencia he puesto en mi propia vida... Quería que los niños tuvieran mejor acceso a educación y a ambientes positivos, fue voluntaria 3 años en Crea+ yendo todos los sábados a SJM y VES a estar con ellos. Quería que mi piel y mi salud tuvieran lo mejor, comencé a usar solo insumos naturales y formé mi empresa. Quería que los insumos peruanos se revalorizaran en la industria de belleza, le compro solo a cooperativas nacionales y ferias ecológicas. Quería que las zonas pobre del Perú tuvieran acceso a agua potable, me metí a trabajar a una ONG que pagaba poco pero te enseñaba un montón con impacto real a las comunidades. Quiero igualdad para mí y próximas generaciones, pues leo y me educo cuanto puedo, participo, me doy espacios para cultivarme. A veces pueden ser caminos solitarios, no todas tus amistades van a tener el mismo interés que tú, pero creeme que, si te atreves, el camino se vuelve menos solitario y conoces gente maravillosa que está más alineada a las nuevas versiones tuyas que vas descubriendo a lo largo de la vida. Si tu círculo no comparte tus nuevas versiones, busca afura. Crea nuevas tribus, mejores tribus. Cambia cuanto puedas, transfórmate, rodéate de la gente correcta.

La segunda pregunta ocurrió mientras escuchaba a Josefina Miró Quesada, abogada de los casos ganados en Perú de Muerte Digna. ¿Por qué tanto miedo a la muerte? ¿Por qué la muerte no se trata de muerte solamente, si no de elecciones y de libertad? Su charla me estremeció. me hizo sentir incómoda, enferma, impotente, feliz, liberada, en llantos, en sonrisas, en sororidad, en empatía. Me hizo ver la muerte como lo que es, algo con lo que todos tenemos que lidiar, y que siempre siempre siempre debe ser respetando nuestros deseos y sabiendo que es nuestra vida al 100%, de nadie más.

La tercera pregunta surgió escuchando a Ana Sofía Casaverde, miniaturista que ha expuesto su arte en mútliples países y ha sido aplaudida por los museos más importantes del mundo. Me encantó su historia, y que todo haya surgido con que un día decidió doblar un papel para hacer un origami. ¿Verdaderamente no hay acción pequeña? ¿A dónde nos lleva algo tan simple como dedicarle 5 minutos diarios a algo que parece insignificante? ¿Qué cosas hacemos en nuestro día a día que no le prestamos atención y tiene un impacto gigante? ¿Qué puedo hacer que no me represente mucho esfuerzo pero que puede tener una cadena de cosas positivas hacia otros? 

La última pregunta fue: ¿quién es esa señora adulto mayor con tanta energía tocando una batucada a las 9am un sábado? Esto rompe con todo lo que he visto a lo largo de mi vida. Mis tías y entorno familiar, a esa edad están en sus casas, o cuidado a sus nietos, o haciendo tai chi, o en el club, o tomando desayuno con sus amigas... no están en polo y zapatillas mientras hacen bulla abriendo paso a mujeres que quieren un futuro mejor. ¿Quién es? ¿Cómo llegó a este momento? 

Dentro de estas preguntas, hay una sola cosa que me quedó clara. Lo que quiero ser. Quiero ser esa señora de 65 años tocando la batucada con mujeres de distintas edades, creando movimiento, apoyando a las generaciones más jóvenes a despertar preguntas que las lleven al siguiente nivel, empoderando, sosteniendo. Quiero ver y ser parte del progreso, quiero que mi mente no pare de querer aprender, de enseñar, de aportar, de voluntariar, de liderar, de pertenecer a una comunidad que busca lo mismo que yo. Quiero ser una revolucionaria de mente hasta que pueda y quiera. Hasta que mi propia libertad lo decida así. 

Hasta hace unos años no podía siquiera visualizarme de "viejita", no podía. No podía poner una imagen sobre cómo quería que mi futuro se viera. El sábado la vi, vi la persona que quiero ser.